
El arte de vivir, el arte de sentir
Soy Málaga y me siento culpable de pintar tu viaje con los colores de la cultura. De invitarte a conocer más de 40 museos. De presentarte a un tal Pablo Picasso. De abrirte las puertas del Thyssen y el Pompidou. Me siento culpable de que el flamenco se te meta en la piel, a puro taconeo, guitarra y cante. De hacer que sientas que la vida es un festival que se vive una y mil veces. De erizarte la piel mientras las jábegas se cruzan en el horizonte con toda su tradición. De ayudarte a desconectar, en un musical, en un concierto o detrás de una copa de vino. Me siento culpable, incluso, de que todo esto te haga querer volver a visitarme.
Confesiones de una ciudad
Soy Málaga y me siento culpable. Lo confieso.
He sido yo, la que te ha llamado sin llamarte.
La que te ha tentado sin tentarte. La que, sin que te dieras cuenta, te ha atrapado entre sus paisajes, entre su gente, entre su forma de vivir.
Me siento culpable por…


Por convertir cada escapada en un momento único
Ver más
Por despertar tus sentidos con experiencias inimaginables
Ver más
Por llevarte a navegar por un mar de sensaciones sin explorar
Ver más
Por abrir un océano de oportunidades para conocerme
Ver más
Por demostrarte que incluso las cosas que no se mueven, movilizan
Ver más
Por hacerte saborear una gastronomía con alma
Ver más
Por hacerte creer de nuevo en la magia
Ver más
Por desvelar que tu lugar soñado existe
Ver más
Por enriquecer tu memoria con momentos que perduran para siempre
Ver más
Por hacerte revivir la pasión
Ver más
Por llenar tus pulmones del aire más puro
Ver más
Por enseñarte a que sin buscar puedes encontrarte a ti mismo
Ver más
Por transformar un evento en algo muy especial
Ver más